REFLEXIONES
Uno de los elementos esenciales a tener en cuenta en el análisis del campo sonoro en el interior de un espacio es el coeficiente de reflexión que caracteriza a las paredes del mismo.
La reflexión del sonido se presenta cuando una onda llega a un plano límite, parte de la energía sufre una devolución al recinto, otra parte de la misma es absorbida y otra se traslada a través de la estructura.
La acústica como ciencia nos permitirá predecir las proporciones perfectas de una sala. Si por ejemplo, una gran orquesta se sitúa a un lado de una sala larga y rectangular y el público se sitúa delante, al canviar el techo de la sala se producirían grandes cambios en la acústica de la misma.
La profundidad de una sala, está limitada por la máxima distancia desde la cual los espectadores pueden ver el escenario; su anchura debe determinarse mediante razones acústicas, aunque en muchos casos influyan las económicas.
Tampoco es necesario que tengan unas dimensiones precisas, ya que mediante unos reflectores estratégicamente situados se puede hacer viajar el sonido por determinados sitios.
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En la imagen, se ve como llega primero el sonido directo al receptor (D), seguido por el sonido reflejado en la pared lateral (R1), posteriormente se ven las reflexiones R2, R3, R4 que llegan al receptor en un tiempo posterior |
Como vemos en este esquema el sonido directo llega antes de todas las reflexiones, ya que viaja por el camino más corto, después de un tiempo mínimo de retardo, llega la primera reflexión, inmediatamente después la segunda, tercera y cuarta. |
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El tiempo mínimo de retardo para la palabra varía entre 40 y 170 ms; para la música es mayor llegando a ser de 150 a 250 ms.
De esta forma, si la distribución de tiempo de la señal principal y los modos normales de vibración del recinto vacío, son tales que el intervalo de tiempo entre el sonido directo y la primera reflexión no excede del tiempo mínimo de retardo, en el oído se combinan los dos sonidos como reverberación.
Pero si los intervalos son superiores al tiempo mínimo de retardo, el oído identifica la reflexión como un eco, que se muestra fundamentalmente cuando el nivel de presión sonora de la reflexión es comparable con el nivel de la señal directa.
La demora que sigue a cada impulso de una señal (palabra o música), puede ser ventajosa siempre que la duración sea la debida, escuchándose la palabra más animada y la música más clara, debido a la sucesión entre los continuados tonos musicales.
Si el retraso es muy grande, la palabra es menos inteligible y en la música aparece un solapamiento entre las notas musicales, por lo que la audición se agrava, al tener menor calidad. |
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